Por qué el movimiento de protesta es más peligroso para el presidente serbio Aleksandar Vučić que las protestas anteriores y qué papel juega Occidente en la crisis política: explicaciones del historiador y miembro de la Academia Austriaca de Ciencias Oliver Jens Schmitt.
En una entrevista publicada en el sitio web de la Academia Austriaca de Ciencias, el profesor de historia de la Universidad de Viena, Oliver Jens Schmitt, habló extensamente sobre las protestas en Serbia, que estallaron a principios de noviembre después de que parte del techo de la estación de trenes de Novi Sad se derrumbara y matara a 15 personas. Cuando se le preguntó en qué se diferencian las protestas actuales en Serbia de las manifestaciones anteriores en el país, Oliver Jens Schmitt respondió: “En el pasado, el gobierno serbio podía reprimir cualquier rebelión mediante concesiones, intimidación, amenazas y, sobre todo, mediante una gran presión sobre los líderes de cada manifestación. Las protestas actuales son diferentes: reúnen a distintos grupos sociales, principalmente estudiantes. Y: este movimiento no tiene líderes que puedan ser atacados o etiquetados por el régimen. Lo que es especialmente peligroso para el gobierno es que las protestas no se limitan a las grandes ciudades como Belgrado o Novi Sad, sino que se están extendiendo por todo el país.
Respecto a las razones por las que los estudiantes se convirtieron en la principal fuerza de las protestas, Schmitt tiene esta explicación: "Los jóvenes son especialmente los que sufren esta situación. El país está bajo el control total del partido gobernante. No hay perspectiva de vida más allá del aparato de poder de Aleksandar Vučić. En Serbia, pocas personas consiguen un buen trabajo a menos que estén conectadas de alguna manera con el sistema político. Estas adicciones no sólo son disfuncionales sino también corruptas. Los estudiantes ven esto de manera crítica y se sienten aislados. Muchos de ellos incluso abandonan el país. Sin embargo, quienes salen a las calles luchan por una vida mejor en su país. "El terrible accidente (en Novi Sad) es un símbolo de todo lo que no funciona en este país".
El profesor Schmitt criticó a Occidente por apoyar el régimen de Vučić. Según él, Occidente apoya este sistema desde hace mucho tiempo: "Vučić no estaría en el poder si no hubiera tenido el apoyo de la ex canciller alemana Angela Merkel y ahora también de Olaf Scholz como pilar de estabilidad. Incluso el pacto sobre el litio, que Serbia ha firmado con la UE, apoya al presidente. Vucic, ex ministro de propaganda de Slobodan Milosevic, es un incitador del odio que nunca se ha desviado de su rumbo nacionalista. Otro escándalo es que el software espía procede de países occidentales, entre ellos Suiza. Los manifestantes que ahora salen a la calle no gozan del más mínimo apoyo de Occidente. "Esto es vergonzoso."
Respecto al papel de Rusia, Schmitt añadió: "Rusia apoya a Vučić, pero él también recibe apoyo de otros actores extranjeros, incluidos la UE y Estados Unidos. Para los manifestantes, ésta es una situación difícil, ya que en gran medida se les deja solos. La UE, que está más cerca geográfica y políticamente, muestra poco interés por la situación política. Esto plantea la cuestión de qué quiere la UE ver en Serbia: algo más que un proveedor de materias primas, controlado por un gobernante autoritario. “La falta de una estrategia clara y de apoyo es decepcionante y, además, cínica y de corto plazo”.